Tres formas de colocar el Texto a dos columnas en LaTeX
Tres formas de colocar el Texto a dos columnas en LaTeX: Todo el documento, una sección del documento y columnas con anchos diferentes.
MÉTODO 1 \documentclass[11pt,twocolumn]{article} \title{Ejemplo de 2 columnas} \author{Favian Arenas} \begin{document} \maketitle Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto \end{document} MÉTODO 2 \documentclass[11pt]{article} \usepackage{multicol} \usepackage{color} \usepackage{blindtext} \usepackage{comment} \usepackage{wrapfig} \usepackage{graphicx} \setlength{\columnsep}{1cm} \setlength{\columnseprule}{1pt} \def\columnseprulecolor{\color{blue}} \begin{document} En silencio intensamente llorando, volvía la cabeza, los estaba mirando. Vio puertas abiertas, batientes sin candados, perchas vacías, sin túnicas de piel ni mantos, sin halcones y sin azores mudados. \begin{multicols}{2} Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto Texto \end{multicols} \end{document} MÉTODO 3 \documentclass[11pt]{article} \begin{document} n silencio intensamente llorando, volvía la cabeza, los estaba mirando. Vio puertas abiertas, batientes sin candados, perchas vacías, sin túnicas de piel ni mantos, sin halcones y sin azores mudados. \vspace{0.5cm} \noindent \begin{minipage}{0.45\textwidth} Suspiró mio Cid, por los pesares abrumado, habló mio Cid bien y muy mesurado: —¡Gracias a ti, Señor, Padre que estás en lo alto! ¡Esto han tramado contra mí mis enemigos malvados!— Allí empiezan a espolear, allí sueltan las riendas. A la salida de Vivar una corneja les salió por la derecha y entrando en Burgos les salió por la izquierda. Se encogió mio Cid de hombros y agitó la cabeza: —¡Alegría, Álvar Fáñez, que nos echan de la tierra! Mio Cid Ruy Díaz en Burgos entró, en su compañía hay sesenta pendones. \end{minipage} \quad \vline \quad \begin{minipage}{0.45\textwidth} Salían a verlo mujeres y varones, burgueses y burguesas están en los miradores, llorando en silencio, tal era su dolor, por las bocas de todos salía una expresión: —¡Dios, qué buen vasallo si tuviese buen señor!— Le convidarían de grado, pero ninguno osaba: el rey Alfonso le tenía tal saña. Anteanoche llegó a Burgos su carta con grandes precauciones y solemnemente sellada: que a mio Cid Ruy Díaz nadie le diese posada y que aquel que se la diese supiese una seria amenaza, que perdería sus bienes y además los ojos de la cara, y aun además el cuerpo y el alma. \end{minipage} \vspace{0.5cm} Un gran pesar tenía la gente cristiana, se esconden de mio Cid, pues no osan decirle nada. El Campeador se dirigió a su posada, en cuanto llegó a la puerta, se la encontró bien cerrada, por miedo del rey Alfonso así estaba preparada: a no ser que la quebrase por la fuerza, no se la abriría nadie. \end{document}
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